San José, 19 jul (EFE).- La rotunda negativa del gobierno liderado por Roberto Micheletti al retorno al poder del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dio hoy al traste con las negociaciones lideradas por el mandatario costarricense, Óscar Arias, para encontrar una solución a la crisis política de ese país.
La restitución de Zelaya era el punto medular de la propuesta presentada por Arias el sábado, día en que comenzó la segunda ronda de estas conversaciones, y ese fue precisamente el tema sobre el que ambas delegaciones no pudieron llegar a ningún acuerdo.
El grupo que representó al Gobierno de Micheletti trajo hoy a la mesa de diálogo una contrapropuesta, en la que aceptaban el regreso de Zelaya a Honduras, pero para que enfrentara a la justicia y pudiera ejercer su defensa ante los cargos que se le imputan, como traición a la patria.
En su calidad de mediador, Arias se mantuvo firme en que el requisito fundamental para restablecer el orden constitucional en ese país es la reinstalación de Zelaya como presidente, pero liderando un gobierno de coalición que incluyera figuras afines a Micheletti en puestos claves.
La última sesión se levantó menos de cuatro horas después de iniciada ante la imposibilidad de acercar las posiciones.
Arias anunció que no renuncia a seguir sus oficios como mediador y se dio un plazo de 72 horas para tratar, desde Costa Rica, de convencer a Micheletti para que acepte sus propuestas, pues teme que estalle una guerra civil en Honduras.
Sin embargo, el ambiente no luce tan prometedor. Carlos López, actual canciller hondureño y líder de la comisión del presidente en ejercicio, fue enfático al asegurar que las propuestas del mediador son "inaceptables".
"Lo siento mucho, pero las propuestas en que usted ha insistido resultan inaceptables para el gobierno constitucional de Honduras que yo represento", dijo López, al subrayar el desacuerdo en la propuesta referida específicamente al retorno al poder de Zelaya, derrocado el pasado 28 de junio en un golpe de Estado.
Según el nuevo canciller, "la mediación no ha sabido comprender que la pretensión de imponer como presidente a Zelaya, en contra del derecho interno (...), constituye una abierta intromisión en los asuntos internos de Honduras y una lamentable desnaturalización de la mediación".
Arias reconoció temer que si no se alcanza una salida en la mesa del diálogo se desate una guerra civil y "un derramamiento de sangre que no merece el pueblo hondureño".
"¿Cuál es la alternativa al diálogo, qué pasa si el día de mañana se dispara un arma?", cuestionó el presidente y Premio Nobel de la Paz 1987.
Por su parte, la ex ministra de Energía y líder de la delegación de Zelaya, Rixi Moncada, lamentó la "intransigencia del gobierno de facto", que se niega a acatar los llamados de la comunidad internacional para que Zelaya vuelva a la presidencia de Honduras.
Moncada resaltó que su delegación ha aceptado "de buena fe" el proceso de diálogo y que a pesar de la negativa de la comitiva de Micheletti mantenía su "disponibilidad frente a las acciones que ahora disponga el mediador", quien reiteró que el grupo de Zelaya había aceptado "íntegramente" su propuesta de siete puntos.
Las otras propuestas hechas por Arias incluyen una amnistía para delitos políticos, la anticipación de las elecciones de noviembre al último domingo de octubre, el traspaso del comando de las Fuerzas Armadas al Tribunal Supremo Electoral y la constitución de una comisión de verificación del cumplimiento de los acuerdos.
Rafael Alegría, dirigente del Frente Nacional contra el Golpe y miembro de la delegación de Zelaya, aseguró que el mandatario depuesto regresará a Honduras en un plazo que solo él conoce, pero advirtió que las protestas en ese país contra el gobierno de facto continuarán esta semana.
Además, expresó que esperarán a que Arias les informe de posibles avances de sus gestiones con Micheletti para definir las próximas acciones. EFE
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