TEGUCIGALPA (AFP) — Manuel Zelaya dio un ultimátum de una semana al nuevo régimen hondureño para restituirle en el poder, mientras el líder del gobierno de facto, Roberto Micheletti, designaba ministros para completar su gabinete y tendía la mano al presidente depuesto.
Zelaya, quien llegó este martes en Guatemala, dio un ultimátum para ser repuesto en su cargo -del que fue expulsado por un golpe de estado el 28 de junio- y amenazó con hacer fracasar la mediación que se realiza en Costa Rica.
"Damos un ultimátum al régimen golpista para que a más tardar en la próxima reunión que se realizará esta semana en San José, Costa Rica, se cumplan los mandatos expresos de las organizaciones internacionales y la Constitución de Honduras", dijo Zelaya a la prensa en Nicaragua el lunes, país al que viajó por quinta vez desde que fue derrocado. Si esto no se cumple "se considerará fracasada la mediación" y "se procederá con otras medidas", advirtió.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de su gobierno, Patricia Rodas, expresó dudas sobre la mediación que lleva a cabo el presidente costarricense, Óscar Arias, afirmando que ésta le ha dado "respiro" al régimen de facto, y pidió a Estados Unidos acciones concretas para restituir a Zelaya en la presidencia. "Debemos interpretar que la mediación está siendo utilizada para dar un respiro a la derecha y al régimen de facto", dijo Rodas en Managua a la publicación oficial electrónica El 19.
Desde Costa Rica, el presidente Arias salió al cruce de esas declaraciones y pidió paciencia a los negociadores para encontrar una solución a la crisis. "Por supuesto que yo entiendo el deseo del presidente Zelaya de regresar (...) lo más pronto posible (al poder en Honduras), pero la experiencia a mí me dice que hay que ser un poco paciente", dijo Arias a periodistas en San José. "Si no es por medio del diálogo, ¿de qué otra manera se va a poder restablecer al presidente Zelaya?" en el poder, añadió.
Por su parte, Micheletti se manifestó dispuesto a retomar el diálogo, lo que podría concretarse el sábado en Costa Rica, e incluso a reunirse con el propio Zelaya si éste acepta. "Él es un ex mandatario del país, un ex amigo mío, y con todo gusto le daría la mano en el momento oportuno si él así lo desea", dijo Micheletti.
Este martes se había anunciado la primera reunión ministerial del gobierno de Micheletti, pero fuentes de la presidencia aseguraron a la AFP que finalmente ese encuentro no tendría lugar.
En cambio, el presidente elegido por el Congreso para sustituir a Zelaya tenía previsto juramentar a nuevos miembros de su ejecutivo.
Por otra parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez, uno de los protagonistas de la crisis política hondureña, aseguró en una entrevista con la AFP que Zelaya fue expulsado del país el 28 de junio para evitar muertes en Honduras. "El análisis que hizo la seguridad del Estado es que era riesgoso que al presidente se le llevara a una cárcel" porque "iba a ser causal de muertos y heridos y eso era peligroso" si sus partidarios trataban de rescatarlo, dijo Vásquez.
No obstante, el general, que cuatro días antes del golpe había sido destituido por Zelaya, reconoció que la expulsión de Zelaya a Costa Rica no estaba contemplada en las órdenes judiciales que cumplían los militares.
Mientras, el denominado Bloque Popular convocó este martes nuevas manifestaciones de apoyo a Zelaya, al tiempo que analiza decretar un paro nacional en rechazo a las autoridades de facto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario